BOY PABLO

El relato de Nicolás Pablo Muñoz aka boy pablo explica su tiempo. Postadolescente que graba y produce sus propias canciones, posiblemente hechas en su habitación con un micro casi de juguete y un portátil lleno de pegatinas, ve cómo se terminan escuchando muchas veces (muchas, en serio) y muy lejos de su casa por una carambola del algoritmo de YouTube. 

A él le pasó con el videoclip para Everytime, pero esa también es la historia de Clairo, de Cuco, de girl in red; la de la viralidad en clave generación Z. 

Es la historia del bedroom pop, al que en realidad ya podríamos quitarle prefijos y subetiquetas para quedarnos con la sustancia: el de boy pablo es un lenguaje pop que se salta cualquier barrera generacional. Sus estribillos y esas melodías de guitarra que se enroscan como una trenza son jerga universal e imperecedera.

Ya lo vimos en Primavera Sound Barcelona 2019, cuando este hijo de padres chilenos nacido en Noruega y sus cinco compañeros de banda se subieron al escenario principal del festival. Se movieron tanto, dieron tantos brincos de acá para allá, que parecían una veintena. Llegaron con las pocas canciones que habían publicado hasta ese momento (repartidas en su mayoría entre Roy Pablo y Soy Pablo, sus dos EPs) y se fueron con bastantes más fans de los que ya traían de casa. 

La familia seguirá creciendo el 28 de octubre con Wachito Rico, su álbum de debut, del que ya hemos podido escuchar dos avances marca de la casa como honey y hey girl. Los podremos escuchar en directo por primera vez el miércoles 02 de marzo en Sala Apolo, dentro del ciclo Tomavistas Ciudad, como parte de la gira de presentación del álbum.